CAMBRIDGE – Mientras la economía mundial se tambalea al borde de un precipicio, los críticos de la profesión económica plantean interrogantes sobre su complicidad en la crisis actual. Y con razón: los economistas tienen mucho que responder.
Fueron los economistas los que legitimaron y popularizaron la visión de que las finanzas sin restricciones eran una bendición para la sociedad. Sus opiniones eran prácticamente unánimes a la hora de hablar de los "peligros de una excesiva regulación gubernamental". Su experticia técnica -o lo que parecía experticia técnica en ese momento- les ofreció una posición privilegiada como formadores de opinión, así como también acceso a los corrillos del poder.
Fueron pocos (con excepción de Nouriel Roubini y Robert Shiller, entre otros) los que hicieron sonar campanas de alarma sobre la crisis en ciernes. Peor aún quizá, la profesión no ofreció una guía útil en materia de cómo sacar a la economía mundial de su caos actual. Respecto del estímulo fiscal keynesiano, las opiniones de los economistas varían entre "absolutamente esencial" e "ineficaz y perjudicial".
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Antara Haldar
advocates a radical rethink of development, explains what went right at the recent AI Safety Summit, highlights the economics discipline’s shortcomings, and more.
The prevailing narrative that frames Israel as a colonial power suppressing Palestinians’ struggle for statehood grossly oversimplifies a complicated conflict and inadvertently vindicates the region’s most oppressive regimes. Achieving a durable, lasting peace requires moving beyond such facile analogies.
rejects the facile moralism of those who view the ongoing war through the narrow lens of decolonization.
The far-right populist Geert Wilders’ election victory in the Netherlands reflects the same sentiment that powered Brexit and Donald Trump’s candidacy in 2016. But such outcomes could not happen without the cynicism displayed over the past few decades by traditional conservative parties.
shows what Geert Wilders has in common with other ultra-nationalist politicians, past and present.
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CAMBRIDGE – Mientras la economía mundial se tambalea al borde de un precipicio, los críticos de la profesión económica plantean interrogantes sobre su complicidad en la crisis actual. Y con razón: los economistas tienen mucho que responder.
Fueron los economistas los que legitimaron y popularizaron la visión de que las finanzas sin restricciones eran una bendición para la sociedad. Sus opiniones eran prácticamente unánimes a la hora de hablar de los "peligros de una excesiva regulación gubernamental". Su experticia técnica -o lo que parecía experticia técnica en ese momento- les ofreció una posición privilegiada como formadores de opinión, así como también acceso a los corrillos del poder.
Fueron pocos (con excepción de Nouriel Roubini y Robert Shiller, entre otros) los que hicieron sonar campanas de alarma sobre la crisis en ciernes. Peor aún quizá, la profesión no ofreció una guía útil en materia de cómo sacar a la economía mundial de su caos actual. Respecto del estímulo fiscal keynesiano, las opiniones de los economistas varían entre "absolutamente esencial" e "ineficaz y perjudicial".
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