stiglitz284_Caroline BrehmanCQ-Roll Call, Inc via Getty Images_small business support Caroline Brehman/CQ-Roll Call, Inc via Getty Images

El gran plan de Biden

NUEVA YORK – El presidente de los Estados Unidos Joe Biden ha propuesto un plan de rescate por 1,9 billones de dólares para ayudar a la economía estadounidense a recuperarse de la pandemia. Muchos republicanos se oponen, entregados de pronto a la religión fiscal que abandonan de inmediato cuando su partido controla la Casa Blanca. Las enormes rebajas de impuestos que el Partido Republicano concedió a multimillonarios y corporaciones en 2017 provocaron el mayor déficit fiscal del que se tenga registro en Estados Unidos fuera de recesiones profundas o guerras. Pero la promesa de inversiones y crecimiento jamás se materializó.

En cambio, el plan de gasto propuesto por Biden se necesita con urgencia. Datos publicados hace poco muestran una desaceleración de la recuperación estadounidense, en términos de PIB y de empleo. Hay abundancia de pruebas de que el paquete de recuperación proveerá un estímulo enorme a la economía, y que el crecimiento económico generará una importante recaudación impositiva, no sólo para el gobierno federal sino también para los estados y municipios que ahora carecen de los fondos que necesitan para proveer servicios esenciales.

Los que se oponen al plan de Biden también fingen estar preocupados por el peligro de inflación (ese monstruo temible, que en estos días tiene más de fantasía que de amenaza real). De hecho, hay datos que sugieren que en algunos sectores de la economía es posible que se esté dando una caída de los salarios. Aun así, si hubiera un alza de la inflación, Estados Unidos tiene abundantes herramientas monetarias y fiscales listas para enfrentarla.

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