Western Balkans leaders in Albania Anadolu Agency/Getty Images

Nikola Tesla y su legado balcánico

MADRID – Para ilustrar la complejidad de los Balcanes, qué mejor que recordar a uno de sus hijos pródigos: el físico e inventor Nikola Tesla (1856-1943). Nacido en una localidad perteneciente actualmente a Croacia, pero en el seno de una familia serbia ortodoxa, la nacionalidad de Tesla sigue siendo objeto de debate en la región. Tanto en Croacia como en Serbia hay quienes pretenden apropiarse de su figura, haciendo un flaco favor a su legado ideológico. Y es que Tesla abogó por servirse de los avances científicos para tender puentes entre naciones y, en última instancia, alcanzar la paz universal.  

Incluso las contribuciones de Tesla al campo de la física, que le valieron el honor de que la densidad de flujo magnético se mida internacionalmente en teslas, parecen destinadas a evocar las dinámicas que caracterizan a su tierra natal. Como apuntó hace unos meses la Alta Representante de la UE, Federica Mogherini, los Balcanes se prestan a ser el escenario de grandes juegos de poder. Esto se debe a que son muchas las potencias que proyectan su magnetismo hacia la región, en virtud de vínculos económicos, políticos, históricos y culturales que se entrecruzan.

Después del rotundo fracaso que supusieron las Guerras Yugoslavas para la UE, su prioridad fue promover la reconstrucción y la reconciliación, tratando de abarcar con su campo magnético a todo el territorio de la antigua Yugoslavia. Sin embargo, esta estrategia ha producido resultados asimétricos y, por el momento, Eslovenia y Croacia son los dos únicos Estados posyugoslavos que han conseguido ingresar en la UE.

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