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El futuro energético de Asia

SINGAPUR – El ascenso de Asia es imparable. Lo que no lo es es el pronunciado aumento de la dependencia de los combustibles fósiles por parte de Asia. De hecho, las decisiones que Asia debe adoptar en materia de producción y uso de la energía determinarán la suerte del medio ambiente de nuestro planeta.

Es natural que el mundo esté alarmado ante la apetencia en aumento de energía por parte de Asia. Si China y la India reproducen el consumo americano de combustibles fósiles por habitante, las emisiones resultantes de gases que producen el efecto de invernadero acelerarán el calentamiento planetario.

Pero los asiáticos se niegan a aceptar que Occidente les dé lecciones morales sobre el uso de la energía. Occidente se industrializó rápidamente sin preocuparse del cambio climático, con lo que contribuyó en gran medida a la acumulación de gases productores del efecto de invernadero que ha acercado el mundo aún más al punto de inflexión a partir del cual ya no se pueda parar el calentamiento planetario.

Si Occidente quiere ahora que los países asiáticos asuman la responsabilidad de limitar las nuevas fuentes de emisiones de gases productores de efecto de invernadero, primero debe considerarse a sí mismo responsable de su antigua acumulación y las emisiones actuales. Ésa es la razón por la que existe unanimidad en Asia, incluidas China y la India, en el sentido de que cualquier solución justa para el cambio climático requiere un mayor sacrificio de los países occidentales.

La buena noticia es la de que una política pública sólida, unida a los rápidos avances en tecnología, podría ayudar a la Humanidad en conjunto a reducir su consumo de energía. Una política coherente y una tecnología superior explican por qué el Japón utiliza diez veces menos energía que China para obtener la misma cantidad de producción económica.

Tanto China como la India pueden aprender mucho del Japón y, por fortuna, los dos gobiernos están firmemente comprometidos con el aumento de su eficiencia energética y de la utilización de la tecnología verde. Zhenhua Xie, representante especial del Presidente Hu Jintao para el cambio climático, ha declarado categóricamente que China no tiene otra opción que la de perseguir el desarrollo sostenible.

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En 2007, China fundó su Grupo Directivo Nacional sobre el Cambio Climático, encabezado por el Presidente Hu, y aprobó su programa nacional sobre el cambio climático, el primero de un país en desarrollo. China se propone reducir de aquí a 2010 su consumo energético por unidad del PIB en un 20 por ciento en relación con los niveles de 2005.

En cuanto a la India, en la cumbre del G-8, celebrada en julio de 2009, el Primer Ministro Manmohan Singh dijo: “Nada podría estar más alejado de la verdad que la idea de que los países en desarrollo no nos preocupamos o no estamos interesados por las consecuencias del cambio climático o no nos interesa abordarlas”. De hecho, en 2008 la India reveló un ambicioso plan nacional de acción sobre el cambio climático, compuesto de ocho misiones nacionales, incluidas misiones de energía solar y de aumento de la eficiencia energética.

Además, Asia está en la vanguardia de las medidas innovadoras en materia de política y tecnología energéticas. La empresa sin ánimo de lucro Grameen Shakti es la principal del mundo en materia de instalación de paneles solares para pobres de zonas rurales. De 1996 a 2009, Grameen Shakti instaló 750.000 sistemas solares en Bangladesh para proporcionar electricidad sin emisiones a más de dos millones de personas.

China duplicó la eficiencia del consumo energético rural entre 1983 y 1989 distribuyendo cocinas más seguras e inocuas a 185 millones de hogares. En Singapur, los reguladores están formulando un sistema de venta de electricidad para dar en tiempo real a 1,2 millones de consumidores indicaciones relativas a su precio a fin de que aprendan a conservar la electricidad durante los períodos de mayor consumo.

La India, China y algunos otros países asiáticos están experimentando un notable aumento de las empresas locales de energías substitutivas y la utilización de energía renovable. La India ocupa el quinto puesto en el mundo por su producción total de energía eólica y el tercero por la energía eólica añadida en 2008. Suzlon Energy, empresa india que comenzó sus actividades en 1995 con tan sólo veinte personas, ha llegado a ser una de las principales empresas de energía eólica del mundo, con oficinas en 21 países.

Además, China es el país que tiene la mayor capacidad total de energía renovable, de pequeña capacidad hidroeléctrica y de utilización de calentadores solares de agua, ocupa el segundo puesto por la energía eólica añadida en 2008 (por encima de Alemania y España) y el tercero por la producción total de etanol. Suntech, empresa china fundada en 2001, ocupa el tercer puesto como fabricante de células solares del mundo. El Japón y Corea del Sur ocuparon el tercer puesto por la cantidad de paneles fotovoltaicos solares conectados a la red eléctrica y añadidos en 2008; las Filipinas ocuparon el segundo por el total de electricidad geotérmica y el tercero por el total de electricidad obtenida con biomasa; Indonesia ocupó el tercero por el total de electricidad geotérmica.

Sin embargo, ni la política ni las innovaciones ecológicas en Asia resolverán el problema del cambio climático en el mundo. Sólo un  importante pacto mundial entre Occidente y el resto será suficiente.

Para la mayoría de las autoridades asiáticas, la contribución propuesta por Occidente, en particular los Estados Unidos, con vistas a la resolución del problema es terriblemente insuficiente. Sencillamente, no se está pidiendo al público americano que haga sacrifico serio alguno. La declaración del G-8 de que sus miembros reducirán las emisiones de carbono en un 80 por ciento de aquí a 2050 no va acompañada de compromisos claros y el reloj sigue haciendo tictac. En la actualidad, la atmósfera de la Tierra contiene ya 380 partes por millón de CO2. El punto de inflexión podría producirse cuando alcancemos 450 partes por millón.

Los países en desarrollo, en particular los de Asia, sufrirán las peores consecuencias del calentamiento planetario: daños causados por tormentas, aumento de los niveles del mar y corrientes de refugiados en masa. Es probable que las Maldivas desaparezcan por completo.

En estas circunstancias, los asiáticos no pueden permitirse el lujo de arrellanarse y moralizar. Deben formular y presentar soluciones realistas y negociar con energía y realismo antes de la conferencia que se celebrará en Copenhague en diciembre de 2009 y después de ella para producir un acuerdo mundial basado en un reparto equitativo del acervo mundial de recursos. El empeño más importante que incumbe a los asiáticos es el de utilizar su capacidad política e intelectual para salvar el mundo y a sí mismos.

https://prosyn.org/lxAJASVes