WASHINGTON, DC – El mundo árabe tiene una larga tradición de comercio y empresa. Sin embargo, desde que alcanzaron la independencia, muchos países árabes han adoptado modelos de desarrollo liderados por el Estado que han hecho que sus economías se volvieran excesivamente dependientes del gobierno. Esto es insostenible.
El modelo económico del mundo árabe ha perdurado, a pesar de importantes contratiempos en los años 1990, en gran medida porque el Estado emplea un alto porcentaje de trabajadores y ofrece subsidios universales. Esto elimina el riesgo de las vidas económicas de los ciudadanos, afianzando su dependencia del gobierno y sofocando el espíritu emprendedor y la innovación. También mina el suministro de servicios públicos, atizando la desconfianza en el propio gobierno del cual las poblaciones dependen tan fuertemente.
Hoy, el modelo de desarrollo liderado por el Estado en el mundo árabe quizás esté por alcanzar un punto de quiebre, en tanto cientos de millones de jóvenes se preparan para ingresar a los mercados laborales en las próximas décadas. Es improbable que el sector público pueda absorber a estos nuevos trabajadores y, por ende, existe una necesidad urgente de crear un sector privado dinámico que no sólo adopte sino que genere innovaciones tecnológicas que empoderen a los trabajadores y ofrezcan un crecimiento perdurable e inclusivo.
WASHINGTON, DC – El mundo árabe tiene una larga tradición de comercio y empresa. Sin embargo, desde que alcanzaron la independencia, muchos países árabes han adoptado modelos de desarrollo liderados por el Estado que han hecho que sus economías se volvieran excesivamente dependientes del gobierno. Esto es insostenible.
El modelo económico del mundo árabe ha perdurado, a pesar de importantes contratiempos en los años 1990, en gran medida porque el Estado emplea un alto porcentaje de trabajadores y ofrece subsidios universales. Esto elimina el riesgo de las vidas económicas de los ciudadanos, afianzando su dependencia del gobierno y sofocando el espíritu emprendedor y la innovación. También mina el suministro de servicios públicos, atizando la desconfianza en el propio gobierno del cual las poblaciones dependen tan fuertemente.
Hoy, el modelo de desarrollo liderado por el Estado en el mundo árabe quizás esté por alcanzar un punto de quiebre, en tanto cientos de millones de jóvenes se preparan para ingresar a los mercados laborales en las próximas décadas. Es improbable que el sector público pueda absorber a estos nuevos trabajadores y, por ende, existe una necesidad urgente de crear un sector privado dinámico que no sólo adopte sino que genere innovaciones tecnológicas que empoderen a los trabajadores y ofrezcan un crecimiento perdurable e inclusivo.