Un programa para el crecimiento en Europa

Un reciente estudio de la OCDE nos recuerda, una vez más, que los niveles de renta por habitante en la zona del euro, además de en los tres mayores países de la Europa continental –Alemania. Francia e Italia— que más influyen en sus resultados, son un 30 por ciento, aproximadamente, inferiores a los de los Estados Unidos. Es probable que ese desfase aumente con el empeoramiento de las perspectivas demográficas de Europa y en caso de que la productividad siga aumentando más despacio que en las demás economías industriales.

¿Por qué no han alcanzado las grandes economías europeas los niveles de renta de los Estados Unidos? Gran parte del déficit se debe a una menor utilización de mano de obra: las tasas de empleo correspondientes a las mujeres y a los grupos de edad más jóvenes y más viejos son inferiores en la zona del euro a las de los Estados Unidos, el número de horas de trabajo es muy inferior y las tasas de desempleo son superiores, si bien esto último es menos importante.

Algunos se consuelan considerando positivo que los europeos prefieran el ocio al trabajo, pero los bajos niveles de utilización de la mano de obra se deben en gran medida a unos impuestos de la renta y unas contribuciones a la seguridad social más gravosos, además de unos niveles elevados de prestaciones sociales correspondientes a una época en que la mano de obra aumentaba rápidamente y la necesidad de substituir el desempleo voluntario por el involuntario parecía más urgente que en la actualidad. Habrá que revisar esas medidas para aumentar la oferta de mano de obra y para que las finanzas públicas resulten más sostenibles.

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