La ventaja de los expertos

LONDRES – Casi todos los miembros de la junta directiva de Google tienen al menos un título en ciencias o ingeniería de la computación o un doctorado. En la junta de Google se encuentran dos presidentes de universidades y académicos destacados – John Hennessy de la Universidad de Stanford y Shirley Tilghman, expresidenta de la Universidad de Princeton – como también varios miembros de la Academia Nacional de Ingeniería y de otras ilustres organizaciones. Para Google es rentable contar con la más alta experiencia técnica.

Sin embargo, Google es un gigante corporativo inusual en lo que se refiere a promocionar a las personas con destreza científica a la cima de la estructura gerencial. Más allá de Silicon Valley, pocos altos ejecutivos corporativos impulsan la experiencia técnica en los productos que sus empresas elaboran. Las juntas directivas estadounidenses están llenas de personas tituladas con maestrías en administración de negocios (MBAs), especialmente de Harvard, mientras que las empresas en el resto del mundo desarrollado (con la posible excepción de Alemania) parecen preferir a administradores profesionales en vez de a personas con talento técnico o científico.

Hoy en día, parece ser anómalo tener trabajadores con conocimientos especializados desempeñándose como líderes profesionales, de la misma forma que anteriormente se consideraba anómalo tener científicos en las juntas directivas. Antes se pensaba que el liderazgo de dichas personas era menos necesario en las organizaciones intensivas en conocimiento, donde se suponía que los expertos eran superiores, ya que ellos se encontraban motivados por el placer intelectual, en vez de verse impulsados por motivaciones extrínsecas, como por ejemplo, objetivos relacionados al buen manejo de los costos y al crecimiento de las ganancias.

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