laidi25_Billal BensalemNurPhoto via Getty Images_algerianprotests Billal Bensalem/Nur Photo via Getty Images

El momento de la verdad en Argelia

ARGEL – Para comprender qué hay detrás de las masivas protestas en Argelia, hay que recordar que su presidente saliente, Abdelaziz Bouteflika, ocupó ese cargo durante dos décadas, y ya era ministro de asuntos exteriores en 1963, el año del asesinato de John F. Kennedy. El actual comandante del ejército tiene casi 80 años, y el presidente interino tiene 77. Es un régimen geriátrico que gobierna una de las poblaciones más jóvenes del mundo.

Y a Argelia no le fue bien con la gerontocracia. El último informe de Freedom House la categoriza como un país “no libre”, mientras que la calificación de los vecinos Marruecos, Mali y Níger es “parcialmente libre” y la de Túnez ahora es “libre”. El error del régimen argelino fue pensar que podía reinstalar para un quinto mandato a Bouteflika (que está inválido desde que tuvo un accidente cerebrovascular hace seis años) sin que nadie se diera cuenta o le importara.

El motivador de las protestas actuales es el profundo sentido de humillación de los argelinos. Ya desde la independencia del país en 1962, sus gobernantes habían mostrado una tendencia a tratarlos como si fueran sus servidores, en vez de lo contrario. Pero este desprecio se volvió particularmente evidente a principios de este año, cuando las principales figuras del régimen avalaron públicamente la candidatura de Bouteflika inclinándose ante su retrato (ya que el retratado no podía ni subir al escenario ni hablar). Un engaño semejante puede funcionar en Corea del Norte, pero en Argelia la gente tiene acceso a Internet y a canales de televisión internacionales, y detecta una farsa en cuanto la ve.

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