trump xi jinping JIM WATSON/AFP/Getty Images

Una agenda para resolver el conflicto entre Estados Unidos y China

NEW HAVEN – Teniendo en cuenta las acusaciones que van y vienen entre Estados Unidos y China antes de la muy esperada reunión a celebrarse el 1 de diciembre entre el presidente Donald Trump y el presidente Xi Jinping, dentro del marco de la próxima reunión del G-20 en Buenos Aires, la resolución del conflicto ha cobrado gran urgencia. Las alternativas plantean graves riesgos para ambos países: una guerra comercial en perenne escalada, una guerra fría, o incluso una guerra caliente. Estos riesgos pueden evitarse, pero sólo si ambos líderes están dispuestos a comprometerse de manera fundamentada.  

No hay ninguna duda sobre que durante mucho tiempo se ha estado montando un conflicto serio. Contrariamente a la narrativa de Estados Unidos, el problema no es el enorme déficit comercial bilateral entre las dos economías más grandes del mundo. Dicho déficit es, en gran parte, una consecuencia de los desequilibrios macroeconómicos que afligen a ambas partes: China ahorra demasiado y Estados Unidos ahorra muy poco. Estas disparidades de ahorro dan lugar a desequilibrios comerciales multilaterales queno pueden resolverse mediante esfuerzos bilaterales.

Estados Unidos registró déficits comerciales en mercancías con 102 países en el año 2017, mientras que China tuvo excedentes comerciales con 169 países en el año 2016. Si se realizan ajustes para disminuir una parte del desequilibrio multilateral en un país deficitario o uno ahorrador en cuanto a excedentes, lo ajustado simplemente se asigna a otros de los socios comerciales de dicho país. En el caso de Estados Unidos, esto daría lugar a mayor costo de importaciones – el equivalente funcional de un aumento de impuestos a los consumidores. En el de China, significaría una mayor penetración de sus exportaciones dentro de otros mercados.

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