ACRA – Muchos dentro de la comunidad internacional del desarrollo están pidiendo que los países ricos transfieran grandes sumas de dinero a los países en desarrollo para ayudarlos a adoptar fuentes de energía más limpias sin detrimento para su crecimiento económico. Pero hay en esto implícitas cuestiones económicas importantes a las que la prensa en general no presta atención suficiente.
Veamos el caso de África. Es el segundo continente más grande del mundo, y se dice que sólo contribuyó un 1% de las emisiones históricas de carbono. Hoy genera el 4% de la emisión mundial. El nivel anual de emisión antropogénica de África, medida en equivalentes de dióxido de carbono, llega a unos 1400 millones de toneladas, de lo que el 35% corresponde a Sudáfrica.
La emisión africana de dióxido de carbono es apenas el 20% del promedio mundial per cápita. Pero según el Grupo Intergubernamental de Expertos de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, para alcanzar la meta de «incremento máximo de 2 °C» fijada para 2030, el mundo necesita eliminar unos diez mil millones de toneladas de CO2 al año. De modo que reducir a cero la emisión neta de África supondría que una parte significativa del costo mundial total caiga sobre los africanos. Se calcula que el aporte de África al logro de esta meta de emisión costaría 1,3 billones de dólares; esa es la cifra que los líderes africanos y sus asesores le están pidiendo al resto del mundo.
ACRA – Muchos dentro de la comunidad internacional del desarrollo están pidiendo que los países ricos transfieran grandes sumas de dinero a los países en desarrollo para ayudarlos a adoptar fuentes de energía más limpias sin detrimento para su crecimiento económico. Pero hay en esto implícitas cuestiones económicas importantes a las que la prensa en general no presta atención suficiente.
Veamos el caso de África. Es el segundo continente más grande del mundo, y se dice que sólo contribuyó un 1% de las emisiones históricas de carbono. Hoy genera el 4% de la emisión mundial. El nivel anual de emisión antropogénica de África, medida en equivalentes de dióxido de carbono, llega a unos 1400 millones de toneladas, de lo que el 35% corresponde a Sudáfrica.
La emisión africana de dióxido de carbono es apenas el 20% del promedio mundial per cápita. Pero según el Grupo Intergubernamental de Expertos de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, para alcanzar la meta de «incremento máximo de 2 °C» fijada para 2030, el mundo necesita eliminar unos diez mil millones de toneladas de CO2 al año. De modo que reducir a cero la emisión neta de África supondría que una parte significativa del costo mundial total caiga sobre los africanos. Se calcula que el aporte de África al logro de esta meta de emisión costaría 1,3 billones de dólares; esa es la cifra que los líderes africanos y sus asesores le están pidiendo al resto del mundo.