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Un decenio para el necesario progreso de África

VIENA – Desde 2000, África registra tasas de crecimiento económico impresionantes, debidas en gran medida a los programas de ayuda al desarrollo y a un prolongado auge de los commodities. Pero estos índices (más allá de la gran diversidad de trayectorias socioeconómicas del continente) enmascaran en general la falta básica de transformación estructural.

Muchos países africanos todavía tienen que pasar por la clase de transformación que se necesita para un desarrollo socialmente inclusivo y ambientalmente sostenible a largo plazo: en concreto, la industrialización. Esta es un factor comprobado de diversificación económica, y ayuda a cultivar, fortalecer y sostener las condiciones necesarias para un proceso de crecimiento y desarrollo competitivo.

En las últimas décadas, algunos países en desarrollo (sobre todo en Asia) consiguieron industrializarse, pero en África los reiterados intentos han sido infructuosos. En 2014, la región de Asia y el Pacífico aportó un 44,6% del valor agregado industrial de todo el mundo, mientras que África apenas llegó al 1,6%. África subsahariana es la región menos industrializada del mundo (quitando a Sudáfrica, su único país industrializado).

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