WASHINGTON, DC – África creció con fuerza entre los años 2000 y 2014, alimentando la creencia en el relato de un “ascenso de África”. Pero desde 2015 el crecimiento en África subsahariana se ha debilitado y las malas perspectivas para los precios de las materias primas hacen dudar de la promesa económica del continente y lleva a muchos a cuestionar dicha narrativa, y a algunos a declararla difunta.
Este escepticismo resulta hasta cierto punto comprensible. La sacudida del precio del petróleo de 2014 afectó con especial dureza a varias economías africanas y contribuyó a que el crecimiento agregado cayera del 5-6% en 2004-2014 a apenas un 2,5% en 2015-2017, una tasa que apenas sigue al crecimiento de la población.
Asimismo, los desempeños de las tres mayores economías del continente (Angola, Nigeria y Sudáfrica) han experimentado importantes descensos. El año pasado, las economías de Angola y Sudáfrica se estancaron, en tanto que la nigeriana se contrajo por primera vez desde 1991. Las últimas previsiones sugieren que estas economías experimentarán tímidas recuperaciones en los próximos años.
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Political and business leaders in emerging economies frequently boast that their countries' young, fast-growing populations will be a boon for investment and output. But the world young people inhabit is increasingly one in which the jobs they need are being automated away.
calls on developing countries to stop boasting, and start worrying, about their fast-growing, youthful populations
The passing of America’s preeminent foreign-policy thinker and practitioner marks the end of an era. Throughout his long and extraordinarily influential career, Henry Kissinger built a legacy that Americans would be wise to heed in this new era of great-power politics and global disarray.
reviews the life and career of America’s preeminent foreign-policy scholar-practitioner.
WASHINGTON, DC – África creció con fuerza entre los años 2000 y 2014, alimentando la creencia en el relato de un “ascenso de África”. Pero desde 2015 el crecimiento en África subsahariana se ha debilitado y las malas perspectivas para los precios de las materias primas hacen dudar de la promesa económica del continente y lleva a muchos a cuestionar dicha narrativa, y a algunos a declararla difunta.
Este escepticismo resulta hasta cierto punto comprensible. La sacudida del precio del petróleo de 2014 afectó con especial dureza a varias economías africanas y contribuyó a que el crecimiento agregado cayera del 5-6% en 2004-2014 a apenas un 2,5% en 2015-2017, una tasa que apenas sigue al crecimiento de la población.
Asimismo, los desempeños de las tres mayores economías del continente (Angola, Nigeria y Sudáfrica) han experimentado importantes descensos. El año pasado, las economías de Angola y Sudáfrica se estancaron, en tanto que la nigeriana se contrajo por primera vez desde 1991. Las últimas previsiones sugieren que estas economías experimentarán tímidas recuperaciones en los próximos años.
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