Una relación fortalecida por la crisis

NUEVA YORK – En los últimos años, los países con mercados en ascenso, incluidos los de Asia, han dado pasos de gigante para fortalecer los fundamentos de su economía, con lo que han logrado una aceleración de su crecimiento económico y una protección contra las crisis exteriores. No obstante, como los acontecimientos de los últimos meses han mostrado, los mercados en ascenso no son inmunes al actual período de agitación financiera mundial.

En particular, la reducción de la demanda económica mundial entraña dificultades descomunales para muchas economías asiáticas, en particular las que son más dependientes del crecimiento impulsado por las exportaciones. Si bien la mayoría de los países asiáticos han tenido una limitada exposición directa a los activos relacionados con hipotecas, el desapalancamiento por parte de los inversores extranjeros y la reducción de la demanda exterior han creado simultáneamente condiciones de crédito más restrictivas y perspectivas menos halagüeñas de crecimiento, lo que ha propiciado una mayor volatilidad en materia de acciones bursátiles, dinero y mercados de deuda.

Esa evolución de los acontecimientos ha acabado con el concepto de “desvinculación”, la idea de que el crecimiento económico en los mercados en ascenso, ya sea en Asia o en otros lugares, es independiente del del mundo desarrollado. Como ha revelado con dolorosa claridad la crisis actual, en esta época de comercio e inversión mundiales, nuestras economías –y nuestra prosperidad– están inextricablemente conectadas. Para mantener un fuerte crecimiento económico en los Estados Unidos, necesitamos un Asia fuerte y con crecimiento, del mismo modo que su éxito depende de unos EE.UU. prósperos.

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