3ec7170446f86f380e64cb21_pa671c.jpg Paul Lachine

Abandonar la guerra a las drogas

GINEBRA - La democracia directa suiza permite a los ciudadanos que hayan reunido suficientes firmas en una petición desafiar las leyes y políticas gubernamentales en referendos a nivel nacional. Después de una serie de muertes por SIDA en la década de 1980, los suizos se vieron cara a cara ante un problema que ha destruido millones de vidas en Estados Unidos, Rusia, América Latina, la Unión Europea, el sur de Asia y otras regiones. Los usuarios de drogas por vía intravenosa -especialmente los adictos a la heroína - han convertido espacios públicos en Zúrich y otras ciudades y pueblos suizos en "parques de uso de agujas". El SIDA ha demostrado ser ciego a la riqueza.

Los suizos no han respondido con el tipo de abandono que el gobierno de Rusia ha mostrado hasta ahora hacia sus epidemias de VIH y consumo de heroína: más de dos millones de usuarios de drogas y, se estima, un millón de personas con VIH, de los cuales sobre el 60% se infectó por compartir agujas contaminadas . Tampoco reaccionaron con una "guerra a las drogas" o financiación masiva de más policía y más cárceles, y sentencias obligatorias de prisión.

Esa guerra se ha perdido por completo. EE.UU. ya encarcela a más personas que cualquier otro país, en gran parte como resultado del gran aumento de condenas por drogas, con un número desproporcionado de presos afroamericanos e hispanos. La guerra contra las drogas ha permitido a los cárteles de la droga obtener mayores ganancias que nunca y transformar comunidades enteras en América Latina en feudos. El dinero de la droga está corrompiendo a los gobiernos democráticos y las instituciones policiales de todo el mundo. La violencia relacionada con las drogas ha provocado una cantidad incalculable de víctimas en Afganistán, Birmania, Colombia, EE.UU. y México.

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