¿Por qué pagar más?

PRINCETON – Cuando Radosław Sikorski, ministro de Relaciones Exteriores de Polonia, fue a Ucrania para asistir a reuniones el mes pasado, sus homólogos ucranianos presuntamente se rieron de él porque llevaba un reloj de cuarzo de industria japonesa cuyo costo es de sólo $165. Un periódico de Ucrania informó sobre las preferencias de los ministros de Ucrania, varios de los cuales tienen relojes que cuestan más de $30.000. Incluso un miembro comunista del parlamento de Ucrania, the Rada, fue fotografiado usando un reloj que se vende por más de $6.000.

La risa debiese haberse dirigido en la dirección opuesta. ¿No se reiría (quizás en privado, para no ser descortés) de alguien que paga 200 veces más de lo usted paga, y termina con un producto inferior?

Eso es lo que los ucranianos hicieron. Ellos pudiesen haber comprado un reloj de cuarzo preciso, liviano, que no necesita atención y que puede funcionar durante cinco años registrando la hora de manera virtualmente perfecta, al cual no se tenga que mover ni se le deba dar cuerda para que funcione. En lugar de esto, ellos pagaron mucho más por relojes aparatosos que pueden retrasarse minutos cada mes, y que se detendrán si se olvida darles cuerda durante un día o dos (o en el caso que tengan un mecanismo automático, se detendrán si no se los mueve). Además, los relojes de cuarzo también tienen funciones integradas de alarma, cronómetro y temporizador que otros relojes o las carecen, o sólo las tienen como una característica que sirve para arruinar el diseño, es decir, como resultado de un esfuerzo, difícil de descifrar, por mantenerse a la par de la competencia.

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