Mantener la calma respecto de Corea del Norte

CAMBERRA – El último ensayo nuclear de Corea del Norte es una mala noticia tanto para el Asia nordoriental como para un mundo que debe reducir su dependencia de las armas nucleares, pero una reacción internacional exagerada, que aumente la temperatura, en lugar de reducirla, y aproxime más esa región a una carrera de armas nucleares, haría que las malas noticias fueran aún peores.

La de “¡mantengan la calma y sigan adelante!",  famosa consigna con la que el Gobierno de Gran Bretaña instó a sus ciudadanos en 1939, es una recomendación que con frecuencia se presta a la parodia, pero es lo que debe suceder ahora.

La última acción de Corea del Norte sigue a un comportamiento a lo largo del último decenio que hace parecer al Irán positivamente comedido en comparación. Abandonó el Tratado sobre la no proliferación de las armas nucleares (TNP) en 2003; opuso resistencia a la celebración de negociaciones serias en el marco de las conversaciones a seis bandas establecidas aquel año por los Estados Unidos, China, Rusia, Corea del Sur y el Japón; ensayó artefactos explosivos nucleares en 2006 y 2009, con lo que violó la moratoria mundial; llevó a cabo una serie de ensayos de misiles cada vez más provocativos; hizo caso omiso de las resoluciones y sanciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas; hundió un buque de la Armada de Corea del Sur y en 2010 atacó con fuego de artillería una de sus islas; y mantuvo una corriente continua de retórica beligerante.

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