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Tailandia en fase de negación

BANGKOK – El tejido político y social de Tailandia está deshilachándose. De hecho, el futuro del país nunca había parecido tan inseguro.

En otras democracias prósperas, la clase media aporta la cola que mantiene unida la sociedad. En cambio, en Tailandia la burguesía, centralizada en Bangkok, apenas si está surgiendo como fuerza política y social.

En su lugar y durante medio siglo, un contrato social tácito entre cuatro grupos amplios ha mantenido unida a Tailandia: el “Palacio”, eufemismo usado aquí para no violar las draconianas leyes de lèse majesté; las grandes empresas, custodias del crecimiento económico; el ejército, que garantiza, ante todo, la santidad del Palacio y los valores morales que representa; y el pueblo, mayoritariamente pobre en las zonas rurales y urbanas, que acepta el gobierno de los otros tres estados.

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