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Programa de millas para los objetivos de desarrollo del milenio

PARÍS – La crisis económica mundial ha cobrado muchas víctimas –trabajadores desempleados, propietarios endeudados y jubilados en quiebra- sin embargo, en ningún lugar las repercusiones han sido tan devastadoras como en el mundo en desarrollo. El retroceso de las frágiles ganancias de años recientes, particularmente en África, amenaza con dejar otra vez a millones de personas en la extrema pobreza de la que apenas habían podido escapar. Además de las perspectivas de un enorme sufrimiento humano, las severas presiones económicas, políticas y sociales ahora podrían desbordar y desestabilizar a los países en desarrollo, desatando así un conflicto de proporciones sin precedentes.

La presente espiral descendente es particularmente desalentadora porque la crisis económica ha pegado en un momento en el que se veían los primeros destellos de progreso, en especial en los servicios de salud. Desde 2000, la tasa de mortalidad por SIDA ha disminuido, las enfermedades mortales infantiles como la malaria y el sarampión se tratan más eficazmente, la educación primaria universal está avanzando hacia delante y los objetivos para ofrecer agua potable están al alcance.

Ahora, sin embargo, la crisis económica mundial está socavando los precarios esfuerzos de los países desarrollados para cumplir sus compromisos de asistencia oficial para el desarrollo (AOD) a fin de lograr los objetivos de desarrollo del Milenio de las Naciones Unidas (MDGs por sus siglas en inglés). Un informe de la Naciones Unidas advierte que la inversión anual procedente de estos países donantes se ubica en 35,000 millones de dólares por debajo de la meta de 150,000 millones de dólares. A menos que algo cambie, hay pocas probabilidades de que los objetivos de desarrollo del Milenio se pueden mantener a largo plazo.

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